La verdad sobre el
Evangelio de Judas
Y enseguida Judas se acerca a Jesús y dijo: ¡Salve maestro! Y
le besó. Y éste le respondió: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y
echaron mano de Jesucristo y le aprehendieron, Mateo 26:48-49.
Judas es uno de los personajes más odiados de la historia, las Sagradas Escrituras lo describen como un hombre codicioso, que entregó a su maestro por 30 monedas de plata a los principales sacerdotes de Jerusalén; posteriormente, Jesús fue injustamente sentenciado y crucificado, cumpliéndose así la profecía bíblica, que el Mesías tenía que morir para salvar a la humanidad.
Judas es uno de los personajes más odiados de la historia, las Sagradas Escrituras lo describen como un hombre codicioso, que entregó a su maestro por 30 monedas de plata a los principales sacerdotes de Jerusalén; posteriormente, Jesús fue injustamente sentenciado y crucificado, cumpliéndose así la profecía bíblica, que el Mesías tenía que morir para salvar a la humanidad.
Sin embargo, en el año 2006 la National Geographic Society dio a conocer un documento antiguo, “El Evangelio Prohibido de Judas”, que revela a un Jesús desconocido, que ve en Judas al discípulo privilegiado, al cual le revelará los misterios del “Reino” y le encomendará la difícil misión de entregarlo.
“Serás maldecido durante generaciones”, le advierte Jesús, y refiriéndose a los apóstoles le dice: “Sepárate de los otros y te mostraré los misterios del reino, los alcanzarás, pero sufrirás”.
Al parecer, en 1978 alguien lo encontró en una tumba que estaba en una cueva en Mynia, ciudad ubicada a 225 km al sur de El Cairo, Egipto; era uno de cuatro textos independientes que formaban un códice, una especie de libro, escrito en copto, idioma derivado del egipcio antiguo.
El texto del "Evangelio de Judas" es un relato de unas 250 líneas, dentro de un códice de 66 páginas, el cual más de un tercio es legible, y que contiene otras tres obras, dos de ellas, el “Primer Apocalipsis de Santiago”, y las “Epístolas de Felipe”; el tercero, es el fragmento de un texto desconocido, titulado provisionalmente, “El libro de Alógenes”.
En los años ochenta, un anticuario intentó venderlo en tres millones de dólares, cifra imposible de pagar por los posibles compradores, por lo cual el documento estuvo depositado en el banco de Nueva York desde 1984.
En el 2002, el documento fue adquirido por la Maecenas Foundation for Acient Art, una asociación privada de Suiza, que contactó a la National Geographic para que lo restaurase, datase y tradujese. Según el vicepresidente de esta institución, Terry García, el códice estaba tan deteriorado, y si no se hubiese actuado de inmediato, el códice hubiera acabado en polvo.
Los estudios de la National Geographic Society dicen que el análisis del carbono 14, la tinta, el estilo de escritura y contenido, confirma que la obra fue escrita entre el año 220 y 340 después de Cristo, y probablemente es una copia de un original griego, escrito 100 años antes y es mencionado en las literaturas cristianas antiguas.
El "Evangelio de Judas" fue dado a conocer por los medios en abril de 2006, la propaganda sensacionalista aseguraba que dicho escrito antiguo, revelaba una enseñanza secreta de Jesucristo; datos nuevos sobre la vida de Jesús y sus conversaciones privadas con Judas Iscariote, que se mantuvieron ocultos por la persecución de la Iglesia Católica Romana, ya que se pensaba que esta información cimbraría las bases del cristianismo.
Los escritos presentan a un personaje llamado Jesús, desenfadado y burlón, que ríe de los malentendidos y devoción de sus discípulos, por no decir otra cosa, se mofa de su ignorancia sobre las cosas celestiales; ellos se molestan con su actitud, menos uno llamado Judas que le dijo: “Yo sé quién eres y de dónde vienes. Tú vienes del Reino Inmortal de… ‘Barbelo’, y no soy digno de pronunciar el nombre de quien te ha enviado”; “Barbelo” es un término de origen gnóstico, que significa “Divino Reino Celestial”.
Debido a que Jesús sabe de qué habla Judas, algo que está por sobre el entendimiento humano, pero que sí puede entenderlo el “humano perfecto” que se manifestó en Judas y no en los otros discípulos, se le promete una revelación que ninguna otra persona a conocido jamás. Contrario a los evangelios canónicos, Jesús le agradece y lo elogia: “Tú superarás a todos ellos, porque tu sacrificarás al hombre que me reviste”.
Continuando con el relato, éste da a entender que por boca de Jesús los apóstoles se enteran que por más que quieran, no tienen esperanza para conocer o hacerse partícipes de ese reino celestial perfecto y divino, lo que hace que se entristezcan profundamente. “Por qué están ustedes pensando en sus corazones acerca de la fuerte y santa generación? En verdad os digo, ninguno nacerá de ésta o verá esta generación, y ninguno acogerá a los ángeles de las estrellas que regirán sobre la generación, y ninguna persona de nacimiento mortal podrá asociarla con ellas”.
Al final del relato, Judas recibió algún dinero, y se lo entregó a ellos, como lo habían planeado, con la finalidad de que el maestro fuera librado del cuerpo, lo que le permitirá regresar al “reino grande e ilimitado, cuya inmensidad no ha visto ninguna generación de ángeles”. El texto concluye con la entrega de Jesús, pero no menciona nada sobre su crucifixión ni su resurrección.
Al analizar las enseñanzas del "Evangelio de Judas", se puede ver que no tienen relación con los evangelios canónicos, en lo único que coinciden es en los nombres de Jesús y Judas, ya que son evidentes los conceptos y pensamientos de tipo gnóstico. El gnosticismo es un sincretismo de judaísmo, cristianismo y de doctrinas de origen iraníes, caldeas, babilónicas, egipcias e hindúes, en las que se inspiran muchos de los principios de la actual Nueva Era (New Age), y otros grupos, como el rosacrucismo, teosofía, ciencia cristiana, etc.
En la cosmovisión gnóstica, la materia es maligna y que el espíritu es bueno, las almas humanas están atrapadas en cierto sentido en un mundo material, de esta idea se puede entender porque Judas tenía que ayudar a Jesús a librarse del cuerpo.
Los gnósticos dicen, que para redimir las almas humanas, encerradas en la materia, vino Jesús, un eón fiel al ser supremo, éste comunicó a las almas su verdadero origen, enseñándoles y mostrándoles la manera y el camino de liberarse del mundo material para volver al pleroma donde está el dios desconocido llamado protopadre y su parte femenina llamada madre junto con sus eónes.
Los primeros gnósticos enseñaron que dios era tan perfecto que no tuvo que ver nada con el mundo físico, incluyendo la creación, sino que dios hizo deidades subordinadas llamadas eones, a una de esas deidades se le atribuye la creación del mundo. Los gnósticos se creían superiores a los primeros cristianos y creían que ese dios subordinado, era el dios del antiguo testamento.
Es muy claro que las enseñanzas gnósticas tienen una postura diferente a las cristianas, mientras los gnósticos hablan de varios dioses, el pasaje bíblico de Segunda de Samuel 7:12 asegura que solo hay un Dios: “Porque tú te has engrandecido Jehová Dios, por cuanto no hay como tú, ni hay dios fuera de ti, conforme a lo que hemos oído con nuestros oídos”.
Los gnósticos aseguran que la salvación se conseguía a través de un conocimiento especial, superior a la fe, dicho conocimiento venía legado por un revelador celeste a unos pocos elegidos o iniciados, mientras que la Biblia asegura que la salvación es para todos. Romanos 10:9 asegura que “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeras en tu corazón que Dios lo levantó entre los muertos, serás salvo”, también en Juan 14:6 dice lo siguiente: “Yo soy el camino, la verdad y la vida y nadie viene al Padre sino por mí”.
El líder gnóstico, Carpócrates de Alejandría, creía en la reencarnación, pues enseñaba que el alma necesitaba experimentar muchas vidas antes de obtener la salvación. Pero el Nuevo Testamento, dice lo contrario en Hebreos 9:27: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”.
La iglesia cristiana ya tenía conocimiento de este evangelio y muchos otros, a los cuales los denominó apócrifos, y sabía perfectamente que pertenecían a los grupos gnósticos que tuvieron su mayor auge en los siglos I y II después de Cristo. Irineo, obispo de Lyon en su libro “Contra las herejías”, menciona el documento en griego, el original de donde probablemente se copió “El evangelio de Judas”, escrito entre los años 130-170; también habla de su lucha contra esos grupos gnósticos y sus enseñanzas heréticas.
Irineo de Lyon refutaba a los maestros gnósticos de la época, y atribuía el "Evangelio de Judas" a los cainitas, decía que esa secta intentaba justificar a algunos villanos de la Biblia, éstos enseñaban que Caín, el que mató a su hermano Abel, fue creado por un poder superior, además se juzgaban hermanos espirituales de Esaú, quien vendió su primogenitura por un plato de lentejas. También presentaban como héroes espirituales a los habitantes de Sodoma, condenados por Dios por su inmoralidad sexual; a Core, quien se rebeló contra Moisés y por supuesto a Judas, quien traicionó a Jesús. Irineo afirma que para poderlo lograr los cainitas produjeron un relato ficticio al estilo de el "Evangelio de Judas”.
Al analizar el códice restaurado, los expertos en cristianismo antiguo y gnosticismo, aseguran que el “Evangelio de Judas” no contiene información histórica fidedigna; DeConick piensa que el escrito es una parodia que los gnósticos hicieron para burlarse de los apóstoles, para él, el manuscrito no presenta a Judas como un héroe. Bart Ehrman explica que no se trata de un evangelio escrito por Judas, ni fue escrito en la época de Judas por alguien que lo conociera, por lo tanto considera que el libro no suministra información adicional sobre la vida de Jesús.
El “Evangelio de Judas” en un escrito gnóstico, muy antiguo y de gran valor arqueológico, los expertos siguen debatiendo si es o no igual al que se refiere Irineo. Lo que sí demuestra el “Evangelio de Judas” es que desde aquellos tiempos existen falsos cristianos, que introdujeron sus propias doctrinas y formaron sectas que rivalizaron con los verdaderos seguidores de Jesucristo. Lejos de restarle credibilidad a la Biblia, confirma lo atinada que fueron las advertencias de los apóstoles, como la que hizo Pablo en Gálatas 1:8 y en Hebreos 13:9: “Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema”, “No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas, porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas”.
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